Nuestro artículo publicado recientemente en Forest Ecology and Management sobre la inutilidad de las fumigaciones aéreas para el control de la procesionaria ha suscitado algunas críticas. La principal crítica (reiterada por el revisor de otro artículo que tenemos actualmente en revisión en Climatic Change utilizando esta misma base de datos) se refiere al hecho de que nuestro artículo sólo se refiere a rodales que sufren un grado de infestación de procesionaria alta (nivel 3 o superior sobre una escala de 5). En estos casos es lógico pensar que la plaga ya está al borde del colapso poblacional y, que por tanto, los rodales fumigados van a tener una respuesta similar a los no fumigados: esto es, un colapso da las poblaciones de procesionaria al siguiente año (se puede encontrar una explicación más detallada en esta otra entrada). Sin embargo, puede haber rodales que tengan un grado de infestación medio (por ejemplo 2) y que también sean fumigados. Se podría pensar que en estos rodales la respuesta no es la misma, y que mientras que en los fumigados se rompería el ciclo poblacional, los no fumigados tendrían más probabilidades de sufrir una superpoblación al siguiente año.
Explicaré a continuación qué parte de esta crítica tiene sustento y qué parte no la tiene. Cuando comenzamos este trabajo, tomamos la información de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. En las propias directrices de actuación de la Junta se establecía que sólo los rodales con un nivel de infestación de 3 o más son tratados, mientras que los que sufrían un nivel 2 sólo eran tratados si estaban próximos a un rodal con un grado de infestación de 3 o más. Esta información está disponible en el siguiente enlace (ver páginas 58 a 64). Como esta era información oficial, la dimos por válida sin cuestionarla. Más tarde, cuando surgieron las críticas, procedimos a verificar que, efectivamente, se fumigaban mayoritariamente rodales con un grado de infestación de 3 o más. La siguiente tabla muestra, para el período 2002-2005 (que es aquel para el que disponemos de la información más completa), el número de rodales fumigados (Trat.) y sin fumigar.
| >=3 |
| 2 |
| 1 |
| 0 |
| Total |
|
| Trat. | Sin | Trat. | Sin | Trat. | Sin | Trat. | Sin | Trat. | Sin |
2002 | 47 | 271 | 23 | 414 | 44 | 985 | 29 | 1550 | 149 | 4240 |
2003 | 29 | 371 | 30 | 629 | 38 | 1074 | 36 | 1404 | 135 | 4254 |
2004 | 29 | 409 | 22 | 482 | 23 | 1010 | 39 | 1666 | 118 | 4271 |
2005 | 34 | 184 | 16 | 361 | 28 | 919 | 31 | 2132 | 111 | 4278 |
A partir de estos valores podemos calcular la odds ratio de la prevalencia de rodales tratados frente a no tratados para cada año entre las categorías de daño 3 o más y el resto. Para ello, haríamos el siguiente cálculo (como ejemplo tomaremos las categorías 3 o más y 2):
A = Rodales daño >= 3 Trat. / Rodales daño >= 3 Sin
B = Rodales daño = 2 Trat. / Rodales daño = 2 Sin
Odds ratio = A / B
Un valor positivo de la odds ratio indicaría que la presencia de tratamientos en rodales con un nivel daño de 3 o más ocurre con ese valor más frecuentemente que en rodales con un nivel de daño de 2. Por ejemplo, una odds ratio de 5 indicaría que los rodales con daño 3 o más se tratan 5 veces más frecuentemente que los rodales con daño 2. Hacemos estos cálculos comparando el nivel de daño de 3 o más con el resto. Los resultados se muestran a continuación.
| OR >=3 / 2 | OR >=3 / 1 | OR >=3 / 0 |
2002 | 3.12 | 3.88 | 9.26 |
2003 | 1.63 | 2.21 | 3.04 |
2004 | 1.55 | 3.11 | 3.03 |
2005 | 4.17 | 6.06 | 12.71 |